15 de Enero de 2014
EFECTOS DE LA IRA EN MEDIACIÓN
EFECTOS DE LA IRA EN MEDIACIÓN
Alguien dijo
"una mente expuesta a una nueva idea se estira y ya nunca vuelve a ser la misma
de antes".
Y yo digo "
una relación expuesta a la ira se encoge y ya nunca vuelve a ser la misma de
antes"
Permitidme
una historieta que he leído en alguna parte:
Se cuenta
que había una vez un niño que siempre estaba malhumorado y de mal genio. Cuando
se enfadaba, se dejaba llevar por su ira y decía y hacía cosas que herían a los
que tenía cerca.
Un día su padre le dió una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que tuviera un ataque de ira clavase un clavo en la puerta de su habitación. El primer día clavó treinta y siete. En el transcurso de las semanas siguientes el número de clavos fue disminuyendo. Poco a poco, fue descubriendo que le era más fácil controlar su ira, que clavar clavos en la puerta de madera maciza. Finalmente, llego el día en que el niño no clavó ningún clavo. Se lo dijo a su padre y éste le sugirió que cada día que no se enojase desclavase uno de los clavos de la puerta.
Un día su padre le dió una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que tuviera un ataque de ira clavase un clavo en la puerta de su habitación. El primer día clavó treinta y siete. En el transcurso de las semanas siguientes el número de clavos fue disminuyendo. Poco a poco, fue descubriendo que le era más fácil controlar su ira, que clavar clavos en la puerta de madera maciza. Finalmente, llego el día en que el niño no clavó ningún clavo. Se lo dijo a su padre y éste le sugirió que cada día que no se enojase desclavase uno de los clavos de la puerta.
Pasó el tiempo, y un día, le dijo al padre
que ya había quitado todos los clavos. Entonces, éste cogió la mano al hijo, lo
llevo a la puerta de la habitación y le dijo:
- Hijo, lo has hecho muy bien. Pero mira los
agujeros que han dejado en la puerta. Cuando una persona se deja llevar por la
ira, las palabras dejan cicatrices como éstas. Una herida verbal puede ser tan
dolorosa como una herida física. La ira deja señales. ¡No lo olvides
nunca!.
La ira, el enfado, los insultos, en definitiva, la conducta
hiriente y ofensiva, debe ser analizada por el mediador no solo por sus efectos
en el presente sino por las cicatrices del pasado.
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