"... apasionados de la palabra, de los sentimientos... De todo aquello que hace que la vida sea mejor. Con gusto mediador"
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Somos Sebastián García y Carmen Sánchez, y en esta segunda etapa de nuestras vidas surge la idea de crear "Con Actitud y Media". Psicólogo y abogada que tienen como nexo en común la pasión por la mediación, la ilusión de hacer que la vida sea mejor con la palabra y la cultura del acuerdo.
Este es nuestro momento de "desaprender para aprender", como tantas veces nos ha dicho nuestro querido Javier Alés Sioli, y nos encantaría compartirlo con todos vosotros, con toda la ilusión del mundo. Intentaremos desde una frase diaria, comentar, contar... reflexionar en definitiva para hacer que "cada día cuente". Contaros también nuestros logros y nuestros avatares. Os esperamos.

miércoles, 25 de junio de 2014

25 de Junio de 2014
El maltrato psicológico, ¿cómo se identifica?





Se da por sentado que no es posible mediar en casos de violencia de género, pero no se pone inconvenientes a la mediación en casos en que entre las partes se da el maltrato psicológico.

El mediador deberá saber identificar esta circunstancia para intentar evitar que afecte al proceso de manera determinante.

¿Seré yo que me lo tomo muy a la tremenda? ¿Lo habré provocado yo? ¿Tal vez si hubiera contestado de otra forma…? Mejor no le digo que… no va a ser que… Estos diálogos son frecuentes en las personas maltratadas con relación a su agresor. Si debido al agotamiento emocional al que están sometidas las víctimas son capaces de justificar una agresión física, cuánto más no van a ser capaces de justificar una agresión no patente, aparentemente subjetiva como es el maltrato psicológico.

El maltrato psicológico tiene diferentes manifestaciones y puede abarcar todas las áreas vitales de la víctima, pero en todos los casos el maltratador ejerce un poder sobre ella basándose en la desigualdad que, según él le hace superior. Para ello emplea frases para desvalorizarle y con imperativos (por ejemplo “esto es así porque quiero yo”), toma decisiones sin consultarle y le cuestiona las suyas. Además tiende a la eliminación o ridiculización de las creencias o ideales de la víctima obligándole a aceptar las suyas propias. El maltratador no le deja elegir o minusvalora sus decisiones, constantemente le recuerda que sabe hacer las cosas mejor que ella, no le permite hacer actos acorde a sus creencias o los ridiculiza.
Y en ocasiones, le restringe las relaciones con sus familiares y amigos, le acompaña de forma obligada siempre que queda con amigos, no le da oportunidades para conocer gente nueva, le ridiculiza cuando habla delante de otras personas y le saca defectos delante de sus amigos.

En una mediación de estas características el equilibrio de poder entre las partes es una utopía, y para que funcione será imprescindible su identificación y su abordaje,
 asumiendo que una adecuada mediación es lo mejor (o lo menos malo) que le puede ocurrir a la víctima.

4 comentarios:

  1. Hoy tratas un tema peliagudo. Creo que todos conocemos alguna persona con esas características, tanto maltratador/a como maltratado/a, y es hiriente.
    Son casos que te causan prepotencia porque los ves pero muchas veces son tan sutíles, que no puedes hacer nada.
    El perfil de uno y de otro lo enmarcas muy bien y están perfectamente definidos.
    Hoy luce el sol aunque fresquito, esperemos que por todo el día.
    Hasta mañana guapísima.

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    1. Por desgracia alguno conocemos, y los últimos que los identifican son los propios maltratados/as.
      Hoy dia de sol y fresquito, ojalá siga así. Hasta mañana.

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  2. Muchas veces vemos en ámbitos cercanos actitudes de maltrato pero que son tan habituales y estamos tan acostumbrados a verlas, que no las consideramos como tales.Hace falta un cambio más profundo desde un punto de vista educativo, para que en un futuro relativamente cercano haya una conciencia más profunda acerca de este tema y sobretodo una visión más clara que evite confusiones entre maltrato y normalidad. Un beso

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    1. Efectivamente, tendremos que darnos cuenta que las personas no son posesiones, y que aunque sean su marido, su mujer o sus hijos, el maltrato, ya sea de una clase u otra, no se debe dejar pasar por alto.
      Un beso viajero.

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