"... apasionados de la palabra, de los sentimientos... De todo aquello que hace que la vida sea mejor. Con gusto mediador"
Hola:
Somos Sebastián García y Carmen Sánchez, y en esta segunda etapa de nuestras vidas surge la idea de crear "Con Actitud y Media". Psicólogo y abogada que tienen como nexo en común la pasión por la mediación, la ilusión de hacer que la vida sea mejor con la palabra y la cultura del acuerdo.
Este es nuestro momento de "desaprender para aprender", como tantas veces nos ha dicho nuestro querido Javier Alés Sioli, y nos encantaría compartirlo con todos vosotros, con toda la ilusión del mundo. Intentaremos desde una frase diaria, comentar, contar... reflexionar en definitiva para hacer que "cada día cuente". Contaros también nuestros logros y nuestros avatares. Os esperamos.

jueves, 27 de octubre de 2016

27 de octubre de 2016
¿Animalistas que odian al ser humano?






Me he tenido que ir al diccionario para saber a ciencia cierta lo que son los "animalistas", porque hasta ahora creía que si defiendes la vida de unos seres vivos no puedes odiar la de otros seres vivos.
Se define al animalista como aquel que "defiende a los animales". Con esta definición puedo decir que yo soy animalista. Sería incapaz de hacer sufrir a un animal, sea el que sea. El que maltrata a la especie animal podría maltratar también a la humana. No puedo entender al que disfruta haciendo sufrir a otro ser vivo, sea el que sea. Cuando ese ser vivo está indefenso y solo por el hecho de ser superior se cree en posesión de hacer lo que le plazca, maltratándolo, no tiene nombre. Si es a un animal, como si es a una persona.

Defiendo a ultranza la vida de los animales. Ellos solo matan para comer, y nosotros lo hacemos a veces para disfrutar, no lo podré entender nunca.
Pero una cosa es defenderlos y protegerlos en la medida que cada uno puede, y otra muy distinta es que, por defenderlos, lleguemos a odiarnos a nosotros mismos.
No me gusta nada cuando veo a grupos que se hacen llamar "animalistas" diciendo barbaridades de las personas. Es incongruente, y además no se dan cuenta de que terminan haciendo que el resto de la gente piense que tenemos más consideración con ellos que con los seres humanos, y eso no es así. Cada uno puede tener su propio espacio, sin tener que quitárselo al otro.
Veo tanto odio en algunos que dicen defender a los animales, que pienso que es mejor que se queden en casa y no digan nada. En vez de intentar con argumentos positivos que la gente considere que los animales no tienen porqué sufrir, que se puede mantener una convivencia entre todos pacífica y  agradable, lo hacen  sembrando el odio entre nosotros.
Llevo una temporada escuchando tantas barbaridades escudados en este  adjetivo, que me siento avergonzada de decir que yo también lo soy.

Para mi una persona, un ser humano, estará siempre por delante de otro ser vivo. Pero se puede querer, defender, amar y proteger a ambos a la vez. 
¿Se tiene que defender al toro, por ejemplo, deseando la muerte de un ser humano? No se puede defender una vida queriendo que muera otra. ¿En qué se diferencian entonces de los que matan animales por el gusto de hacerlo?
El odio no lleva a ningún lado. Las cosas hay que defenderlas de otra manera, con el convencimiento, con el diálogo y si hace falta, con la ley.
En nombre de los animales, dejad de defendernos de esa manera, hacéis que nos odien más. Dejad de odiar tanto y haced las cosas con un poco más de amor, respeto y tolerancia, la misma que pedimos los que si nos consideramos amantes de los animales, para el resto que no lo son tanto.
Terminamos otro mes, y que mejor si lo hacemos queriendo lo mejor para el que tengamos al lado, ya sea tu vecino, tu perro, o uno de estos "animalistas", también se lo merecen (así pueden que aprendan un poco).

lunes, 17 de octubre de 2016

17 de octubre de 2016
El arte del Kintsugi




En mi casa saben que si algo se rompe, ya sea una taza, una copa, un vaso....éste, seguro que tiene una segunda vida. Lo convierto rápidamente en un florero, un porta velas. un lapicero......pero sin reparar, tal como se quedó al romperse. Me gusta ver como algo que tuvo una función y la hizo a la perfección hasta que se rompió, puede tener otra diferente con un poquito de imaginación. A eso lo llamo reciclar, ¡y me encanta!
El kintsugi es un arte japonés que se encarga de arreglar esas fracturas, y no solo haciendo que vuelva a tener la misma función que tenía antes de romperse, si no que además le da más valor a la pieza, ya que ésta es reconstruida con oro.

Es un arte que viene de lejos, del siglo XV, y con el tiempo ha hecho incluso que estas piezas reparadas con este método tengan más valor que las que no se han roto nunca.
Esto me hace pensar que igual debería de pasar con las personas. Aquellas que por una u otra razón se estropearon, se rompieron o se desgastaron, pero que con ayuda de alguien o con valentía y tesón decidieron darse una nueva oportunidad y hacerse valer. Vuelven a vivir, con esa fractura ya reparada y con más fuerza que antes, con una experiencia negativa que convierten en positiva, y que las hace si cabe, más valiosas.
Hoy en día vivimos en una sociedad en que lo nuevo prima sobre lo viejo o lo roto, y cometen el error de tirarlo, de no valorarlo, de cambiarlo por algo nuevo, sin darse cuenta del verdadero valor que tienen entre manos.
La historia de cada objeto al igual que la de cada persona, y su valor emocional, son únicos.
Cuando alguien te habla de su pasado, de su fracaso, de su ruptura, y ves como ha sabido recomponerse y darse una nueva oportunidad, eso tiene una valía incalculable.

Existe otra expresión en la cultura japonesa que es el Wabi-sabi, que consiste en hallar la belleza de los objetos deteriorado, viejos o rotos, haciendo que el verdadero valor de un objeto no radique en su belleza externa si no en la historia que cada uno posee.
Esta última es la filosofía que aplico yo en los objetos de mi casa. Se dice que la perfección está en los ojos del que mira.
Nos rompamos las veces que nos rompamos, aprendamos esta técnica japonesa, y recompongámonos con los mejores materiales que tengamos a mano. Nuestra historia es lo que cuenta, y como decía Jalín Gibrán, "los caracteres más sólidos están plagados de cicatrices".
Buena semana, y más de uno estará pensando en romper algo para aplicar esta técnica, a mi no me va a hacer falta , alguna copa seguro que cae hoy......


martes, 4 de octubre de 2016

4 de octubre de 2016
¿Qué pasó el día 1 de Octubre?


Ya se lo que contestaríais muchos de vosotros: ¡hombre, si lo hemos vivido hace solo unos días!, ¿no lo vamos a saber? Ha sido la noticia del momento, por la tele, por la radio......
Pero si os preguntara, ¿qué pasó el día 1 de octubre del año 1931? Ya sería otra cosa. Seguro que muchos si sabrían contestarme, ya que fue un acontecimiento muy importante. Aunque hace ahora 85 años que sucedió, la vida de muchos, y más bien diría de muchas, cambió por completo.
Sigo con las pistas. Fue un asunto de una mujer contra otra mujer reclamando algo que beneficiaría a las mujeres. Aunque parece un juego de palabras, realmente es lo que sucedió.
¿De quién estoy hablando? Si, de Clara Campoamor, y de Victoria Kent, su oponente en esta singladura.

Una mujer aferrada a una idea, la de que las mujeres pudieran votar. En contra, otra mujer, contraria a que éstas, y ella misma, pudieran hacerlo. Parece incongruente, incomprensible, inaudito, y hasta contrario a razón, oponerse a algo que a ella misma le podría beneficiar.
Yo tampoco lo entendía, no podía imaginar que algo así hubiera podido suceder. Que parte de la izquierda se opusiera a que las mujeres votaran porque argumentaban que éstas estaban influenciadas por la iglesia, y esto haría que votaran a la derecha, lo puedo llegar a calibrar, pero lo otro no.
El caso es que algo me suena a actualidad de lo que pasó en esa época por la cabeza de esta diputada mujer. Ella pensaba que si todas las mujeres que votaran fueran obreras o universitarias, todavía estaría bien que hubiera sufragio para ellas, pero como no era el caso, mejor que no votaran. Según la Kent, no era cuestión de capacidad si no de oportunidad para la República. Terminando su discurso diciendo : "...Hoy señores diputados es peligroso conceder el voto a la mujer".

Por otro lado, la Campoamor terminó el suyo con estas palabras: "...la única manera de madurarse en el ejercicio de la libertad y hacerla accesible a todos es caminar dentro de ella."
Se dice que la vida se repite, que no se inventa nada, que las cosas y los pensamientos vuelven. Aunque seamos más modernos, las tecnologías avancen a gran velocidad, lo cierto es que seguimos igual.
Hay muchos pecados, los capitales y otros muchos. Para mi, además de la envidia, el odio.....que son cánceres de la humanidad, el que quizás más entorpezca el avance de nuestra sociedad sea el que unos se consideren superiores a otros, más intelectuales, más progresistas, y por ello, con la capacidad casi suprema de saber lo que es mejor para todos. "Si votaran los que piensan como yo, los que estén dentro de una franja de edad, los que tengan estudios, los obreros, las mujeres de clase media....." ¡Qué me suena todo esto! ¿a vosotros no?


Ya tenemos dos días 1 de octubre para recordar, y para razonar. ¡Buena semana y que la historia nos acompañe!